El vocalista de Years and Years, Olly Alexander, es el representante de Reino Unido en Eurovisión. Y esta noche ha hecho historia, pues ha sido el primer país del Big Five (los miembros de la UER que pasan directamente a la final del sábado) que actúa en una semifinal, aunque sea como exhibición. En este caso, Olly realizó su show entre los números de Irlanda y de Ucrania.

La inteprretación del tema Dizzy se desarrolló en un ring de boxeo postapocalíptico, donde se jugó mucho con el movimiento del cantante y de los bailarines, así como una cuidada realización. Reino Unido ha demostrado que ha ido a Eurovisión a dejar una fuerte huella, pero durante el desarrollo de la interpretación, Olly tuvo un percance que afectó a su interpretación.

Hacia la mitad de la canción, la petaca de sonido que tenía a su espalda se cayó, y el cantante tuvo que improvisar, recogiendo la misma y guardándola en su mano hasta que acabó el tema. Esto provocó que no pudiese dar toda la expresión corporal que habría podido desear por las limitaciones de no soltar el aparato, que le permitía escuchar la música en sus in-ears, los auriculares.

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Puede que por el problema de la petaca, o quizá no. Pero lo cierto es que Olly no ha tenido su mejor noche vocalmente, a pesar de que es un gran cantante de larga trayectoria. El representante inglés compagina la música con la interpretación, y lo mismo se recorre el mundo haciendo una gira por grandes festivales que protagoniza series aclamadas como It’s a sin, que retrató la lucha contra el sida en los años 80 en Reino Unido.

Reino Unido tuvo un pasado glorioso en Eurovisión. Ganó el certamen hasta en cinco ocasiones: en 1967, 1969, 1976, 1981 y 1997. Sin embargo, desde entonces la victoria se le resiste, y ha conseguido en muchas ocasiones muy malos resultados. No hay que olvidar, sin embargo, que en el año 2022 Sam Ryder consiguió la medalla de plata, por detrás de Ucrania y por delante de España, que consiguió un tercer lugar gracias a Chanel Terrero y su SloMo.

En la edición del pasado 2023, sin embargo, la suerte no estuvo de su lado. Reino Unido ejercía de co-anfitrión, pues Ucrania no ofrecía seguridad para desarrollar el evento, y Eurovisión se celebró en Liverpool. El país estuvo representado por Mae Muller con I Wrote a Song, y en la final quedó en la penúltima posición.